Desde CGT apoyamos la semana de lucha en defensa de una educación pública, libre, laica, gratuita y de calidad, incluyendo un llamamiento a la huelga de estudiantes de los días 5, 6 y 7 de febrero.
La gravedad del daño que los gobiernos central y autonómico están infligiendo a la educación pública hace imprescindible alcanzar la mayor unidad posible de todos los sectores que están luchando por su defensa y mejora: profesorado, personal de administración y servicios, padres, madres y estudiantes deben ser conscientes de que solo actuando de forma coordinada y unitaria será posible parar el proceso de degradación y privatización de este servicio público impulsado desde hace años por los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno.
En este sentido, en CGT consideramos que, por encima de legítimas y profundas diferencias en cuanto a modelos educativos, ideologías o estrategias, en estos momentos es fundamental unir todos los esfuerzos posibles para frenar la LOMCE, para conseguir la readmisión de los 2.500 docentes interinos despedidos en la Región de Murcia, para impulsar un proceso de democratización en los centros, para reducir la ratio o para que el aumento de las dos horas lectivas sea absorbido por refuerzos educativos, guardias u otros fines que eviten sus efectos nocivos, entre otros objetivos.
No cabe pensar que podamos enfrentarnos por separado a un enemigo que tiene claros sus fines y que lleva años desarrollando un modelo de escuela segregadora y excluyente, puesta al servicio de los intereses del mercado y que perpetúe el orden social establecido. La LOMCE es otra vuelta de tuerca en este sentido. El árbol no debe ocultarnos el bosque, y se antoja imposible que por separado consigamos transformar profundamente esta realidad. Hasta el momento, las luchas están desarrollándose en multitud de frentes y de manera bastante descoordinada. Tanto es así que, cuando PSOE y PP dieron un golpe de estado incruento en agosto de 2011, reformando el artículo 135 de la Constitución Española y estableciendo la prioridad del pago de la deuda, en su mayor parte privada, por encima de la prestación de servicios públicos esenciales, no hubo una movilización popular contundente que se opusiera a una agresión tan grave.
Desde CGT pensamos que, cuando las organizaciones representativas de padres, madres y estudiantes deciden salir a la calle y dejar las aulas vacías en defensa de la educación pública, el profesorado debe secundar esta lucha, poniendo así demanifiesto que la comunidad educativa no va a permanecer impasible ante el expolio que está sufriendo.
Por ello en CGT animamos a que todo el profesorado se movilice junto con las familias y l@s estudiantes. Solo actuando unidas podremos defender de verdad una educación pública, libre, laica, gratuita y de calidad.