miércoles, 12 de marzo de 2014

22M: UNIFICAR LAS LUCHAS hacia la HUELGA GENERAL (I)

22M: UNIFICAR LAS LUCHAS hacia la HUELGA GENERAL (I)

Nos movilizamos y luchamos por DIGNIDAD, porque se está demostrando que la Lucha es el Único Camino (Gamonal, Sanidad de Madrid…, etc.). Por todo ello acudiremos y formaremos parte de las MARCHAS DE LA DIGNIDAD, defendiendo la HUELGA GENERAL como herramienta para conseguir los objetivos que nos hemos marcado.

Apoyamos las Marchas:

Porque los poderosos y sus representantes, el poder político, están utilizando las leyes como armas de destrucción masiva de derechos y libertades.

Los fundamentos básicos del estado Social y de Derecho: empleo, pensiones, servicios públicos y universales: sanidad, salud, educación, cuidados-dependencia, prestaciones por desempleo, cultura, vivienda, transportes públicos, las libertades de manifestación, opinión y huelga, fueron quebrados desde el momento que se aplicaron políticas de recorte y ajustes fiscales, para garantizar que “siempre habrá dinero para pagar los intereses y el capital de una Deuda absolutamente ilegítima, a banqueros, fondos de inversión, grandes empresarios y demás buitres”. Para ello no dudaron en cambiar la Constitución y modificar el artículo 135, en agosto del 2011. Dieron un auténtico “golpe de estado” contra la mayoría social.

La fuerzas políticas y económicas que abanderan este “golpe de estado” a la libertad, son equivalentes y herederas de aquellas del golpe del 36. Burguesías nacionales representadas por los políticos de turno y, extranjeras: FMI, Comisión Europea, BCE; patronales representadas por el poder financiero bancario y el poder industrial: multinacionales de la energía, de la construcción, de las telecomunicaciones…
Ante la falta de una respuesta social contundente, ahora pretenden nuevas propuestas de ley aún más autoritarias: ley de Seguridad Ciudadana, ley anti-huelga, ley contra el Derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, todas ellas otorgan al empresariado, a los banqueros, a sus economistas y ejecutivos de cualquier organismo nacional o supranacional, “patente de corso” para saberse por encima de la justicia y su impunidad es casi total.
Pretenden “salir” de su crisis aumentando la explotación de la mayoría de la población, y también de los recursos naturales. Por ello recortan las inversiones ambientales y rebajan la pobre legislación existente de protección del entorno, por ejemplo, favoreciendo aún más la urbanización de la costa e incluso de los Parques nacionales.

Estos son los responsables de:
  • Que en el estado español haya hambre real.
  •  Que haya 12,5 millones de personas pobres (menos de 7.040 euros al año).
  •  Que millones y millones de personas se mueran de sed de justicia social:
  1.  6 millones de personas sin trabajo.
  2.  Reducción masiva de los salarios.
  3.   Congelación y decrecimiento de las pensiones.
  4.  Eliminación de derechos laborales fundamentales: jornada, categoría, contratos dignos.
  5.  Represión selectiva de sindicalistas, activistas sociales y organizaciones sociales y sindicales.
  6.  Cientos de miles de personas expulsadas de sus casas.
  7.  Varios millones de personas a las que se les niega la asistencia sanitaria, violando el derecho universal a la salud.
  8.  Miles y miles de jóvenes condenados a la emigración y privados de su derecho a una educación universal y gratuita.
  9.  Eliminación real del derecho a la disidencia, a la huelga, a la protesta…
El aire social está cargado de miedo, de miseria y mentira. No se respira libertad y cuando miles de personas salen a la calle, con huelgas en defensa de los empleos, en defensa de un salario digno, en defensa de derechos esenciales para la vida: casa, salud, educación, cuidados, cultura, transportes públicos y sociales, un entorno saludable, en defensa de la libertad de expresión para gritarles a la cara criminales, ladrones… en definitiva, en la defensa del derecho a tener derechos, la respuesta es “más leña al mono…” y una vuelta aquello de “la calle es mía…”, a ese orden social autoritario y dictatorial.

Nadie, absolutamente nadie se merece volver a vivir años de “hambre, plomo y ausencia de libertad”. Por eso, tenemos que reaccionar no sólo con más indignación, sino con miles y miles de personas haciendo insumisión real a sus leyes. No consintamos volver a lo mismo, aunque ahora sea renombrado. No dejemos que la historia de miedo, represión y “la paz de los cementerios”, se repita. Merece la pena recuperar la DIGNIDAD como personas y como pueblo.

Comunicación CGT