lunes, 1 de octubre de 2012

Yo te pago, tú me pegas

Yo te pago, tú me pegas

La imagen de la “Marca España” estos días es la nueva carga de los mamelucos: policías pegando a ciudadanos que ejercían su derecho constitucional a la libertad de expresión. Al margen de la presencia en esas manifestaciones de infiltrados, agentes provocadores, membrillos o simples descerebrados del cuanto peor mejor, ese es  “el cartel” que ha llenado las primeras páginas de la prensa internacional y abierto muchos informativos de las televisiones. Pero dicha instantánea tiene también una lectura en clave de contrato social(...)

Esta: los contribuyentes que pagan a la policía para que garanticen sus derechos y libertades apaleados por esos mismos funcionarios sin miramientos. Pagamos a los que nos pegan.

Más allá del juego de palabras, la metáfora da en la diana del nuevo paradigma, el de unas instituciones y unos representantes que “no nos representan”, un sistema que “llaman democracia y no lo es”, y un Congreso que se blinda con vallas y anti-disturbios (agentes de la Unidad Policial de Intervención) para repeler al pueblo. El mismo pueblo en el que, según proclama la vigente Constitución, reside “la soberanía nacional, del que emanan todos los poderes del Estado” (Art. 2). Otra versión del te pago para que me pegues. La comparación no es baladí. Refleja la usurpación de la política por los profesionales (mercaderes) de la política, los políticos de escalafón, Y ello gracias al cheque en blanco de las elecciones convertidas por doctrina de la casta dominante en la expresión casi exclusiva y excluyente de la democracia. Usurpación, robo, expolio, saqueo, pongamos los calificativos “al dente” que queramos, el significado no cambia. Se trata de una subversión venal de la identidad democrática. Su epicentro más sonoro, aunque no el único, está en ese rutinario incumplimiento de los programas de los partidos, a derecha e izquierda, cuando alcanzan el ansiado poder...¡por nuestro propio bien! El despotismo ilustrado resulta un pobre infeliz ante estos modernos matapobres que con tanto desvelo nos gobiernan.

Pero hay un método en su locura: lo quieren todo. Humillarnos y que les queramos. Otra vez pago para que me pegues. Aunque no es un invento patrio, por más que entre nosotros tenga el rostro rancio y casposo que caracteriza a la oligárquía hispana. Está en la lógica de la última dominación económica-financiera. La crisis que estamos sufragando las víctimas es otro ejemplo del mismo siniestro contrato anti-social realmente existente. Una especie de nueva “devotio ibérica”, pero sin muerte del jefe en vanguardia, al grito de “todo por la patria”. Como si se tratara de bombas de neutrones, respetan físicamente a las personas pero las desvalijan y someten...¡por su propio bien! Claro que presidiéndolo todo emerge el argumento de necesidad de la cesión de soberanía a instancias extraterritoriales (FMI,BM,BCE,UE; ahí si que rige lo de “quien paga manda”, por eso quieren hacernos deudores-rehenes de por vida) para lograr esa prometida prosperidad de los mercados globalizados. El porvenir siempre por venir. Injusticia preventiva hoy a cambio de libertad duradera en el futuro. Pago para que me pegues.


Somos antisistema porque el sistema es antinosotros.
Somos el 99 por 100.
¡Si se puede!
Rafael Cid