Condenan a una empresa por no defender a una trabajadora del maltrato psicológico
de sus compañeros
El Consorcio de Compensación de Seguros deberá indemnizar con 500.000 euros a una exempleada por no defenderla del aislamiento y del maltrato psicológico a la que le sometieron sus compañeros durante varios años.
Se trata de la indemnización más alta que se conoce en España en un litigio individual de la jurisdicción laboral, según informa el diario El Correo. La cantidad, que resulta de sumar las cuantías de varias resoluciones judiciales, es la más elevada que se conoce en España en un litigio individual de la jurisdicción laboral.
El Tribunal Supremo condena al Consorcio de Seguros por no haber atajado los graves problemas de una empleada de la delegación de San Sebastián, quien sufrió el aislamiento de sus colegas lo que derivó en una fuerte depresión y, posteriormente, en la incapacidad permanente absoluta. La empleada desarrolló su labor entre 1991 y 2002 en una oficina que el Consorcio tiene en San Sebastián.
A pesar de las recomendaciones que en su momento le realizó el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales-Osalan, el Consorcio no tomó medidas ni analizó lo que estaba pasando en su oficina. Osalan no pudo determinar de una manera fehaciente si se había producido acoso, pero la situación de aislamiento derivó en el calvario piscológico de la trabajadora.
El Tribunal Supremo condena al Consorcio de Seguros por no haber atajado los graves problemas de una empleada de la delegación de San Sebastián, quien sufrió el aislamiento de sus colegas lo que derivó en una fuerte depresión y, posteriormente, en la incapacidad permanente absoluta. La empleada desarrolló su labor entre 1991 y 2002 en una oficina que el Consorcio tiene en San Sebastián.
A pesar de las recomendaciones que en su momento le realizó el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laborales-Osalan, el Consorcio no tomó medidas ni analizó lo que estaba pasando en su oficina. Osalan no pudo determinar de una manera fehaciente si se había producido acoso, pero la situación de aislamiento derivó en el calvario piscológico de la trabajadora.