España: el suicidio, primera causa de muerte entre los hombres de 25 a 34 años
En España, en la franja de edad de los 25 a los 34 años, el suicidio es la primera causa de muerte entre hombres. Es algo alarmante”, apunta al respecto el psiquiatra forense Alfonso Sanz, de la Asociación Española de Psiquiatría Privada.
“El suicidio no es una seta, no es algo que aparece bruscamente”. El pasado mes de septiembre, con motivo del día del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el programa Documentos TV, de Televisión Española, emitía un documental que bajo el título La muerte silenciada. Suicidio, el último tabú, pretendía hacer un acercamiento a uno de los temas más complicados del ser humano. En esa pieza, es la psiquiatra Carmen Tejedor la que, con la frase que inicia el texto, advierte de lo poco espontáneo de un acto como quitarse la vida. “El suicida es ambivalente, porque quiere vivir y quiere morir. El suicidio es inversamente proporcional a la felicidad que experimenta una persona”.
Según se ha sabido recientemente, merced a los datos proporcionados por el Instituo Nacional de Estadística (INE), en 2012 la tasa de suicidios registrados en España aumentó en un 11,3 % con respecto a 2011. La cifra total de fallecidos por esta causa fue de 3.539 personas, 359 más que en el año anterior. En la franja de edad de los 25 a los 34 años, el suicidio se convirtió en 2012 en la primera causa de muerte entre hombres.
En el mundo se quitan la vida unas 3.000 personas al día; en España, la cifra es de 9 fallecimientos diarios por este motivo. Según un informe del British Medical Journal, desde que estalló la crisis y explotó la burbuja económica en 2008, el número de suicidios de jóvenes se ha incrementado notablemente. Nuestro país no es ajeno a este mal y ya en 2010, el 30% de los universitarios fallecidos lo había sido por suicidio, como publicó El Mundo.
A pesar de que todos los profesionales coinciden en que la decisión de suicidarse es un cúmulo de causas y que en la mayoría de los casos no viene dada por una sola razón, está empezando a aceptarse, y las estadísticas tristemente lo confirman, que la crisis económica está relacionada con el aumento de suicidios entre los jóvenes.
En el citado documental de Documentos TV, Carmen Tejedor se refería a causas de carácter afectivo para explicar la decisión de una persona de dar ese irreversible paso. Para la psiquiatra, la crisis económica, el paro y todas las consecuencias derivadas de estos tiempos que vivimos en España sirven de agravante de una realidad que ya habita en la mente del suicida.
Por tanto, para ella, aunque el suicidio es “una variable multicausal que no tiene un único motivo” sí que hay una clara relación entre la crisis económica y la alta tasa de muertes en jóvenes por este motivo.
Lo que defiende esta psicóloga es que la franja de población de los 24 a los 35 años es muy vulnerable y, si se le añaden factores negativos como la crisis económica o el paro laboral, el riesgo de suicidio aumenta. “No tenemos datos concluyentes todavía que nos permitan decir el peso de la crisis económica en el número de suicidios, pero sí que estamos viendo que en una sociedad con mayor índice de vulnerabilidad, se incrementará el riesgo de suicidio”.
Consultado por este periódico, el doctor Alfonso Sanz, psiquiatra forense y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, considera que el alto número de suicidios en jóvenes es “algo alarmante”. “Normalmente, las tasas más altas de suicidios las hemos visto en personas más mayores. Ahora, observamos que esa realidad ha cambiado, lo que nos conduce a pensar que la persistencia de situaciones económicas desfavorables como la que está viviendo en estos momentos los jóvenes, con una expectativa de futuro complejas, con menos salidas, puede crear trastornos depresivos graves, hasta el punto de que acaben con su vida”, apunta el doctor Sanz.
“En toda Europa, la crisis ha disparado no sólo el número de suicidios, sino que las medidas de austeridad han hecho que vaya a más el abandono de niños. Hay un paralelismo entre crisis, recortes, factores económicos y suicidios”.
No obstante, Alfonso Sanz es partidario de considerar todos los factores a la hora de analizar las causas de un suicidio y amplia el radio de acción a la sociedad. “El soporte familiar de la sociedad ha bajado. Asistimos a un incremento de las familias monoparentales y eso repercute en la persona, que tiene menos apoyos y resiste menos las medidas de presión”.
Acabar con el tabú del suicidio
“Las cifras demuestran que lo suicidios se han colocado como primera causa de muerte externa tras los accidentes de tráfico”, afirma Miriam González. Y es que mientras con los accidentes de carretera se trabaja desde hace años con grandes campañas de prevención, ciertamente exitosas, en el campo del suicidio el silencio es absoluto. El tabú, el miedo o el reparo a hablar de ello, el temor a un efecto contagio, a la posibilidad de espolear a suicidas potenciales que tomen la decisión a raíz de ver casos similares en los medios, son algunas de las razones que se han esgrimido en los últimos años para explicar el silencio alrededor del tema. Silencio en la vida real, porque en la ficción, suicidarse se aborda con muchísimos menos reparos.
Pero lo cierto es que más de 3.500 personas murieron en 2012 en España por causa del suicidio y un buen porcentaje de ellas eran jóvenes. Por ello, Alfonso Sanz considera que “es necesario hacer ver lo que está pasando. Lo que la persona puede soportar y aguantar tiene un límite. El incremento de los suicidios está ahí, es una realidad. Y sólo si lo sabemos ver y abordar, podremos tomar medidas para solucionarlo”.
Para Miriam González los medios de comunicación también deberían implicarse. “Hay que abordarlo, mostrar a la población que esto está sucediendo. No se puede tapar, pero tampoco se puede caer en el sensacionalismo. Se tiene que contar lo que sucede y comenzar a plantear medidas de prevención serias, contundentes. Los accidentes de tráfico se han reducido principalmente por una campaña de concienciación desde hace años. Una persona que decide poner fin a su vida es porque está desesperada, porque no ve salida en ese momento. La labor de concienciación se debería volcar sobre los grupos más vulnerables al suicidio".
Y no hay que olvidar que según los últimos datos publicados por el INE, en España los jóvenes forman parte de ese grupo de vulnerabilidad.
Según se ha sabido recientemente, merced a los datos proporcionados por el Instituo Nacional de Estadística (INE), en 2012 la tasa de suicidios registrados en España aumentó en un 11,3 % con respecto a 2011. La cifra total de fallecidos por esta causa fue de 3.539 personas, 359 más que en el año anterior. En la franja de edad de los 25 a los 34 años, el suicidio se convirtió en 2012 en la primera causa de muerte entre hombres.
En el mundo se quitan la vida unas 3.000 personas al día; en España, la cifra es de 9 fallecimientos diarios por este motivo. Según un informe del British Medical Journal, desde que estalló la crisis y explotó la burbuja económica en 2008, el número de suicidios de jóvenes se ha incrementado notablemente. Nuestro país no es ajeno a este mal y ya en 2010, el 30% de los universitarios fallecidos lo había sido por suicidio, como publicó El Mundo.
A pesar de que todos los profesionales coinciden en que la decisión de suicidarse es un cúmulo de causas y que en la mayoría de los casos no viene dada por una sola razón, está empezando a aceptarse, y las estadísticas tristemente lo confirman, que la crisis económica está relacionada con el aumento de suicidios entre los jóvenes.
En el citado documental de Documentos TV, Carmen Tejedor se refería a causas de carácter afectivo para explicar la decisión de una persona de dar ese irreversible paso. Para la psiquiatra, la crisis económica, el paro y todas las consecuencias derivadas de estos tiempos que vivimos en España sirven de agravante de una realidad que ya habita en la mente del suicida.
El joven no encuentra su sitio
“En la franja de edad de 24 a 35 años, la tasa de suicidios se ve incrementada porque la mayoría de los casos tiene de base un problema de salud mental, diagnosticado o sin diagnosticar. Es una edad complicada, en la que no se encuentra un espacio dentro del mercado laboral, de la sociedad. No hay una proyección personal y profesional normalizada, por lo que esta franja es un momento de mucho riesgo para personas con una patología de base. Es una realidad que también sucede en mujeres, pero pasa más en hombres", afirma para ZoomNews, Miriam González, vocal del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.Por tanto, para ella, aunque el suicidio es “una variable multicausal que no tiene un único motivo” sí que hay una clara relación entre la crisis económica y la alta tasa de muertes en jóvenes por este motivo.
Lo que defiende esta psicóloga es que la franja de población de los 24 a los 35 años es muy vulnerable y, si se le añaden factores negativos como la crisis económica o el paro laboral, el riesgo de suicidio aumenta. “No tenemos datos concluyentes todavía que nos permitan decir el peso de la crisis económica en el número de suicidios, pero sí que estamos viendo que en una sociedad con mayor índice de vulnerabilidad, se incrementará el riesgo de suicidio”.
Consultado por este periódico, el doctor Alfonso Sanz, psiquiatra forense y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Psiquiatría Privada, considera que el alto número de suicidios en jóvenes es “algo alarmante”. “Normalmente, las tasas más altas de suicidios las hemos visto en personas más mayores. Ahora, observamos que esa realidad ha cambiado, lo que nos conduce a pensar que la persistencia de situaciones económicas desfavorables como la que está viviendo en estos momentos los jóvenes, con una expectativa de futuro complejas, con menos salidas, puede crear trastornos depresivos graves, hasta el punto de que acaben con su vida”, apunta el doctor Sanz.
“En toda Europa, la crisis ha disparado no sólo el número de suicidios, sino que las medidas de austeridad han hecho que vaya a más el abandono de niños. Hay un paralelismo entre crisis, recortes, factores económicos y suicidios”.
No obstante, Alfonso Sanz es partidario de considerar todos los factores a la hora de analizar las causas de un suicidio y amplia el radio de acción a la sociedad. “El soporte familiar de la sociedad ha bajado. Asistimos a un incremento de las familias monoparentales y eso repercute en la persona, que tiene menos apoyos y resiste menos las medidas de presión”.
Acabar con el tabú del suicidio
“Las cifras demuestran que lo suicidios se han colocado como primera causa de muerte externa tras los accidentes de tráfico”, afirma Miriam González. Y es que mientras con los accidentes de carretera se trabaja desde hace años con grandes campañas de prevención, ciertamente exitosas, en el campo del suicidio el silencio es absoluto. El tabú, el miedo o el reparo a hablar de ello, el temor a un efecto contagio, a la posibilidad de espolear a suicidas potenciales que tomen la decisión a raíz de ver casos similares en los medios, son algunas de las razones que se han esgrimido en los últimos años para explicar el silencio alrededor del tema. Silencio en la vida real, porque en la ficción, suicidarse se aborda con muchísimos menos reparos.
Pero lo cierto es que más de 3.500 personas murieron en 2012 en España por causa del suicidio y un buen porcentaje de ellas eran jóvenes. Por ello, Alfonso Sanz considera que “es necesario hacer ver lo que está pasando. Lo que la persona puede soportar y aguantar tiene un límite. El incremento de los suicidios está ahí, es una realidad. Y sólo si lo sabemos ver y abordar, podremos tomar medidas para solucionarlo”.
Para Miriam González los medios de comunicación también deberían implicarse. “Hay que abordarlo, mostrar a la población que esto está sucediendo. No se puede tapar, pero tampoco se puede caer en el sensacionalismo. Se tiene que contar lo que sucede y comenzar a plantear medidas de prevención serias, contundentes. Los accidentes de tráfico se han reducido principalmente por una campaña de concienciación desde hace años. Una persona que decide poner fin a su vida es porque está desesperada, porque no ve salida en ese momento. La labor de concienciación se debería volcar sobre los grupos más vulnerables al suicidio".
Y no hay que olvidar que según los últimos datos publicados por el INE, en España los jóvenes forman parte de ese grupo de vulnerabilidad.