Telemárketing:
El sector prepara acciones para defender
sus puestos de trabajo
Análisis de la situación laboral actual en el precarizado sector del
telemárketing y la necesidad de plantar cara a los abusos de la patronal.
El sector del Contact Center (telemarketing) se
caracteriza por su precariedad laboral. Las personas que trabajamos en él
recibimos poco salario y normalmente se dan contratos de pocas horas. Lo más
paradójico es que un sector como este, con personas que llevan diez, quince o
más años trabajando en la misma o distintas empresas, no se suelan considerar
profesionales del Contact Center. Esto es porque, convenio tras convenio, no se
reconoce la carrera profesional en este sector, no se cobran trienios, ni
remuneraciones similares y a la patronal le interesa que, junto a la
inestabilidad laboral, socialmente se entienda que es un sector productivo donde
las personas que trabajan ahí tengan la sensación de estar de paso.
¿Dónde han quedado las personas que eran telefonistas en Telefónica, en los comienzos del sector? En esa empresa se caracterizaban por su buena consideración social, sus salarios dignos y sus buenas condiciones laborales. Luego llegó el fenómeno de la externalización de servicios y la deslocalización, ligado a la privatización de Telefónica y la desregulación del sector hasta transformarlo por completo en uno de los más precarios.
Nuestro sindicato, la CGT, persigue que la percepción social de nuestro oficio cambie, así como los derechos y retribuciones asociadas a ese cambio. Pero la patronal está empeñada en mantenerlo tal cual está o, si es posible, en peores condiciones. Desde la aprobación de la nueva Reforma Laboral y con la aprobación del nuevo convenio colectivo 2012-2014, firmado por CCOO y UGT, la precariedad en el sector se está agravando.
Se están convirtiendo en práctica habitual los despidos y despidos disciplinarios, éstos, si la persona despedida no denuncia son despidos libres para la empresa. Así como los despidos por bajo rendimiento voluntario, el más frecuente de los disciplinarios, con lo que además de despedirnos nos dice la empresa que voluntariamente hacemos mal nuestro trabajo. En el mejor de los casos sería una suerte de sabotaje, cuestión que sirve poco cuando te encuentras en la calle.
Otra práctica generalizada está siendo la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, normalmente al antojo de las personas responsables de los servicios. Estas modificaciones normalmente se transforman en turnos partidos, traslado de provincia, cambios horarios (reducción y ampliación) avisados con muy poca antelación y con la consiguiente reducción salarial, afectando claramente a nuestra vida, ya que no se puede conciliar vida familiar y personal, ni planificar actividades personales a largo plazo. Todo esto en un sector altamente feminizado, impidiendo o dificultando el disfrute de los permisos correspondientes a las mujeres que han tenido hijos o hijas.
Pero estos EREs, nunca están justificados, mucho menos en empresas como las del Contact Center que gozan año a año de amplios beneficios. La codicia de la patronal de turno, hace que se planteen los EREs sin ninguna justificación, hablando de cifras y previsiones que nunca se demuestran y, como en otros despidos, trucando los servicios con las empresas-clientes (las que subcontratan el servicio) para que de repente haya una bajada de llamadas y actividad, sin nunca explicar dónde pudo ir esa actividad, de la noche a la mañana.
Toda esta situación requiere respuestas por parte de las organizaciones que defienden a los trabajadores y trabajadoras. Necesitamos en el sector construir la respuesta, un plan de lucha que frene la sangría de los despidos, las modificaciones y todos los ataques a nuestras condiciones de vida.
No sobra ninguna persona trabajadora, sobra codicia en el sector del Contact Center. Las personas que trabajamos ahí, como en cualquier sector de la producción, somos las que hacemos funcionar la maquinaria. Las empresas sólo se encargan de vender a comisión nuestro trabajo.
¿Dónde han quedado las personas que eran telefonistas en Telefónica, en los comienzos del sector? En esa empresa se caracterizaban por su buena consideración social, sus salarios dignos y sus buenas condiciones laborales. Luego llegó el fenómeno de la externalización de servicios y la deslocalización, ligado a la privatización de Telefónica y la desregulación del sector hasta transformarlo por completo en uno de los más precarios.
Nuestro sindicato, la CGT, persigue que la percepción social de nuestro oficio cambie, así como los derechos y retribuciones asociadas a ese cambio. Pero la patronal está empeñada en mantenerlo tal cual está o, si es posible, en peores condiciones. Desde la aprobación de la nueva Reforma Laboral y con la aprobación del nuevo convenio colectivo 2012-2014, firmado por CCOO y UGT, la precariedad en el sector se está agravando.
Se están convirtiendo en práctica habitual los despidos y despidos disciplinarios, éstos, si la persona despedida no denuncia son despidos libres para la empresa. Así como los despidos por bajo rendimiento voluntario, el más frecuente de los disciplinarios, con lo que además de despedirnos nos dice la empresa que voluntariamente hacemos mal nuestro trabajo. En el mejor de los casos sería una suerte de sabotaje, cuestión que sirve poco cuando te encuentras en la calle.
Otra práctica generalizada está siendo la modificación sustancial de las condiciones de trabajo, normalmente al antojo de las personas responsables de los servicios. Estas modificaciones normalmente se transforman en turnos partidos, traslado de provincia, cambios horarios (reducción y ampliación) avisados con muy poca antelación y con la consiguiente reducción salarial, afectando claramente a nuestra vida, ya que no se puede conciliar vida familiar y personal, ni planificar actividades personales a largo plazo. Todo esto en un sector altamente feminizado, impidiendo o dificultando el disfrute de los permisos correspondientes a las mujeres que han tenido hijos o hijas.
No sobra nadie
En este orden de cosas, los EREs son la guinda al pastel de la precariedad. Lanzados como bombas en las empresas, pretenden ser una amenaza que no se pueda contestar, pues es siempre el mayor ataque, que a la postre se intenta negociar por parte de la empresa con los sindicatos para que se legitimen los despidos.Pero estos EREs, nunca están justificados, mucho menos en empresas como las del Contact Center que gozan año a año de amplios beneficios. La codicia de la patronal de turno, hace que se planteen los EREs sin ninguna justificación, hablando de cifras y previsiones que nunca se demuestran y, como en otros despidos, trucando los servicios con las empresas-clientes (las que subcontratan el servicio) para que de repente haya una bajada de llamadas y actividad, sin nunca explicar dónde pudo ir esa actividad, de la noche a la mañana.
Toda esta situación requiere respuestas por parte de las organizaciones que defienden a los trabajadores y trabajadoras. Necesitamos en el sector construir la respuesta, un plan de lucha que frene la sangría de los despidos, las modificaciones y todos los ataques a nuestras condiciones de vida.
No sobra ninguna persona trabajadora, sobra codicia en el sector del Contact Center. Las personas que trabajamos ahí, como en cualquier sector de la producción, somos las que hacemos funcionar la maquinaria. Las empresas sólo se encargan de vender a comisión nuestro trabajo.
Artículo publicado en el Periódico En lucha