Cuidadoras de personas mayores de Gipuzkoa tumban la reforma laboral
34 de las 58 residencias de la provincia han firmado convenios que mejoran sustancialmente las condiciones laborales, entre ellas la indemnización de 45 días. La movilización arrancó en octubre. 14 residencias continúan en huelga indefinida
No todo son despidos y empeoramiento de las condiciones del trabajador.
4.800
trabajadores de residencias de la tercera edad y centros de día de Gipuzkoa, en
su inmensa mayoría mujeres, han conseguido un imposible hasta ahora: tumbar la
reforma laboral. La presión de los sindicatos ELA y LAB junto a la unión de las
trabajadoras, en huelga indefinida desde el 13
de mayo, ha conseguido que 34 de las 58 residencias de mayores de la
provincia de Gipuzkoa (Euskadi) firmen convenios de empresa que mejoran
sustancialmente las condiciones establecidas en la reforma, entre ellas la
indemnización de 45 días por despido.
"Es un éxito sin precedentes. Es un ejemplo de que se puede dar la vuelta a
la reforma laboral con sindicalismo de confrontación y organizado. Somos el
primer sector a nivel estatal que tiene una ingeniería laboral que elimina
totalmente la reforma", dice Iñigo Zubeldia, representante del sindicato vasco
ELA.
El camino hasta este punto, cercano al éxito total, no ha sido fácil. El
conflicto se inició el 19 de octubre de 2012 cuando se constituyó la mesa de
negociación sectorial de centros de personas mayores de Gipuzkoa. Las posiciones
no podían estar más enfrentadas. Los sindicatos, ELA y LAB, proponían un acuerdo
que mejorase la reforma laboral. La patronal, por su parte, se negaba a negociar
cualquier punto de mejora a sabiendas de que el tiempo corría en su favor. Si
para el 7 de julio de 2013, fecha en la que caduca el actual convenio, no se
había llegado a un acuerdo, pasaría a aplicarse el convenio estatal. En la
práctica, esto supone 400 euros menos mensuales
de salario para los trabajadores por 200 horas de trabajo anual más.
14 residencias están en huelga indefinida desde el 13 de mayo
La reacción sindical fue rápida y el camino de lucha elegido, el de la
confrontación directa, no les ha traído hasta el momento malos resultados. Entre
las mejoras reconocidas en este convenio de empresa único se encuentra el mantenimiento de los 45 días de indemnización
en caso de despido improcedente (no 33 como dicta la reforma), la prohibición de
despedir trabajadores acogiéndose a días de baja por enfermedad común, el
mantenimiento del 100% del salario en la primera baja por enfermedad común y la
eliminación del 10% de flexibilidad laboral que permitía a las empresas
comunicar variaciones en los horarios del mes con 48 horas de antelación.
Entre otros logros, han conseguido mantener 45 días de
indemnización
"Este último punto era crucial para nosotros. Estamos hablando de un sector
en el que el 98% de los trabajadores son mujeres que, en su mayoría, tienen
hijos", destaca Zubeldia. Pero la mejora va más allá y recoge otras clausulas
contra el trabajo precario. Por ejemplo, ninguna empresa podrá contratar a nuevo
personal hasta que todas los empleados tengan una jornada completa. "De esta
manera, se elimina la posibilidad de múltiples contratos por horas o jornada
parcial que no dan ni para comer ni para cotizar a la seguridad social lo
suficiente", añade Zubeldia.
La lucha sindical
La estrategia seguida por ELA y LAB pasa por presionar a las empresas individualmente para que firmen una a una ante la imposibilidad de firmar un nuevo convenio provincial favorable a los intereses del trabajador. "Si no podíamos alcanzar un acuerdo provincial debíamos buscar que la patronal firmara convenios de empresa individuales que recogieran nuestras demandas", dice Zubeldia.La herramienta elegida para llevar a cabo su estrategia fue la más clásica de todas: la huelga. La primera, de tres días, a finales de febrero. El segundo aviso, de cinco días, durante la primera semana de mayo. El tercero y definitivo, una huelga indefinida que comenzó el 13 de mayo y que, advierten los sindicatos, continuará hasta que las 14 empresas que hasta ahora se han negado a firmar acepten las condiciones de las trabajadoras. Cuando una empresa firma el convenio, las trabajadoras vuelven automáticamente a trabajar.
Además, la presión también ha sido trasladada a la calle. Desde hace semanas, las trabajadoras mantienen una acampada en el bulevar de Donosti y en las plazas de otros municipios de la provincia de Euskadi como Zubaya o Rentería. Asimismo, cada viernes las trabajadoras de toda la provincia se desplazan hasta Donosti para participar en una manifestación que semanalmente reúne a alrededor de 1.000 trabajadoras.
Cada viernes, unas 1.000 trabajadoras se manifiestan en la
calle en Donosti
Elena Arbina, de Donosti, es una de las miles de trabajadoras en lucha del sector. El centro en el que ella trabaja firmó el nuevo convenio de empresa el 26 abril, tras un primer paro de las trabajadoras de tres días, por lo que Elena regresó un día más tarde al trabajo. Sin embargo, esta mujer continúa acudiendo cada día a la acampada junto al resto de sus compañeras de oficio y manifestándose todos los viernes. Su lucha particular ya finalizó pero no la de todas las compañeras.
"Ahora más que nunca tenemos que luchar. Se trata de nuestro futuro y el de los nuestros. Mi empresa firmó. Yo ya estoy 100% reincorporada a mi trabajo pero sigo manifestándome por los derechos de mis compañeras. Por solidaridad", afirma esta mujer de 37 años.
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