Bankia: nos toman por tontos ...
y quizá lo somos
Para "salvar" Bankia el gobierno del PP pretende robarnos a todas y todos un poquito más de lo que hasta ahora nos ha robado. 10.000 millones de euros valdrá reflotar un muerto que ha servido para lo que ha servido, hacer más rico unos determinados ricos, pero que emprendió el camino del cementerio precisamente cuando unas normativas sólo al servicio de los ricos y poderosos (la gran banca aquí) obligaron a fusionar cajas entre ellas y después a convertirse en bancos para poder saquear o cerrar.
Quiero recordar aquí que las cajas eran una forma de ahorro y financiación popular creada por nuestros abuelos y abuelas para hacerse fuertes ante los dueños de su momento. Y está claro que este origen aceptable no exculpa las entidades actuales ni buena parte de su historia ...
Las medidas encaminadas a reflotar Bankia son todo medidas contra la mayoría de la gente que no obedecen a ninguno de los principios que algunos creemos que deben mover nuestras acciones políticas, es decir las que condicionan nuestra vida y nuestro entorno y tienen la intención de mejorarlos. Aquí el único que "ha mejorado" y "mejorará" será el estado de cuentas de Rato y toda la pandilla de ladrones de su alrededor. Y pienso, una vez más, que decir las cosas por su nombre es una obligación. Por mucha ingeniería financiera que gasten, por muchas corbatas que se pongan, por mucho que quieran poner cara de honorables ... son una pandilla de ladrones. Y lo que roban nos lo roban a todas y a todos, por lo tanto ¡doblemente ladrones!
Y es este otro de los robos que en medio del jarana de la crisis los ricos hacen y harán si no los detenemos. Mientras quieren 10.000 millones de euros para hacer flotar Bankia y repartir dividendos entre los accionistas (y los tendrán) la semana pasada el mismo gobierno del Estado anunciaba a bombo y platillo que destinará 10.000 millones de euros menos a la sanidad ya la educación. La medida hará crecer el sufrimiento entre millones de personas, pero ya sabemos lo que les importamos aquellos que no son los suyos (el 1%, no más). Nosotros, el resto, el 99%, sólo los importamos cuando salimos a la calle y entonces los importamos no para alabarlo por nuestra decisión y valentía sino por pegarnos con tantos utensilios de tortura y de agresión como son capaces de imaginar y comprar. O para encarcelarnos. ¡Laura, libertad!
Mientras espero que los Mossos, la Policía Nacional, la Guardia Civil, la Guardia Urbana, algún guardia de seguridad, los millones de cámaras que nos filman en todo momento, la página web de Felip Puig ... o alguien con autoridad de los que nos protegen de los ladrones haga algo, aunque sea simbólica, para salvarnos de esta plaga de encorbatados, no dejo de pensar en lo fácil que robar tantos millones a pesar del montón de universitarios y gente que sabe leer que puebla nuestra sociedad. Y me repregunto para qué sirve tanto enseñanza si al final nos roban en la cara y la gente la gira porque no se atreve a mirar ...
Ellos se meten ..., ¿y todavía quieren que callemos y no digamos nada? ¿Aun quieren que les riamos las gracias y les agradezcamos que nos lleven a la miseria cada vez más impunemente? ¿Aun quieren que no nos movamos y que nos encerremos en casa mientras por la tele nos dicen que la policía nos libera de los delincuentes? ¿Aún nos dirán "vándalos" y "ratas de alcantarilla" si nos atrevemos a hacer frente y decirles el nombre del cerdo? La paciencia siempre tiene un límite, incluso entre aquellos y aquellas que los mandones toman por tontos. Incluso entre las personas resignadas a todo ... y "salvar" Bankia así, de esta manera, se salta todos los límites, ¡todos!
* Jordi Martí Font es periodista, escritor, trabajador de la enseñanza y afiliado a la CGT de Tarragona