Despido nulo en Konecta:
La soberbia tenía un precio
Que Konecta BTO es una empresa reincidente en sus infracciones laborales ya lo sabíamos, como acredita la infinidad de resoluciones de la Inspección de Trabajo contra sus numerosos incumplimientos de la legalidad. Lo que no sabíamos hasta hace poco es que fuera capaz de despedir a una trabajadora afiliada a CGT por el mero hecho de reclamar lo que era suyo y que encima tratara de sacar adelante su decisión tratando de engañar al juzgado con una prueba falsa y prefabricada.
La consecuencia de todo ello ha sido que el Juzgado de lo Social nº 10 de Madrid condenó a finales de noviembre a Konecta BTO a readmitir a la trabajadora, a pagar 12000 euros de multa por vulneración del derecho a la indemnidad y otros 1000 euros por la temeridad de presentar una prueba falsa después del juicio. La historia ha sido una sarta de despropósitos empresariales a los cuales ha respondido la trabajadora con ejemplar coraje y tenacidad asesorada en todo momento por la sección sindical y los servicios jurídicos de CGT.
El pasado mes de julio la compañera recibió una sanción leve que la privó de los incentivos que le correspondían por su trabajo, lo que motivó la correspondiente impugnación ante el juzgado de lo social. En todo este proceso la empresa tuvo conocimiento de la vinculación de la trabajadora al sindicato CGT, que era más que obvia aunque luego lo negase en el juicio. Esa sanción luego fue levantada antes del juicio ante la perspectiva más que probable de que Konecta sufriera un varapalo judicial.
Sin embargo, Konecta BTO no tiene muy buen perder ni muy buena tolerancia hacia la lucha de l@s trabajador@s que reclaman sus derechos, lo que demostró poco después con un falso despido disciplinario, que la compañera impugnó como despido nulo por entender, como luego el juzgado ha reconocido, que no era más que una represalia e indirectamente un ataque a la libertad sindical de CGT por haberla asesorado. Además, tuvieron el impresentable detalle de presentar un pendrive falso después del juicio para justificar su tropelía.
Sin embargo, de toda esta historia con final feliz sacamos una conclusión inequívoca: ninguna sanción debe quedar sin impugnación, ningún despido sin demanda y desde luego sin lucha no hay victoria. Enhorabuena a la compañera y por lo que respecta a Konecta BTO, no sabemos si servirá de algo, pero una vez más tenemos que recordarle que el Salvaje Oeste debe quedar reservado a las películas de John Wayne y no al mundo de las relaciones laborales que si no luego viene una juez y te casca 13000 euros más una readmisión. Casi ná.