martes, 16 de febrero de 2016

El colesterol: Una historia de mentiras e intereses económicos

El colesterol: 
Una historia de mentiras e intereses económicos



George Mann, profesor adjunto de bioquímica en la Facultad de Medicina de la Univesidad de Vanderbilt, científico reputado que había participado en el estudio cardiológico de Framingham, defiende que "La idea sobre el colesterol y las enfermedades cardíacas es el mayor fraude de la historia de la medicina", en contra de la extendida opinión de que bajar los niveles de colesterol reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. Según Mann, "han manipulado las pruebas en su favor".

En los años cincuenta comenzó la colesterofobia, gracias a un informe del bioquímico Ancel Keys, que publicó un estudio (El estudio de los siete países), que relacionaba las grasas consumidas en la dieta de la población de un numero determinado de países con la tasa de ataques cardíacos que estos sufrían. El informe en un principio constaba de 22 países y Keys escogió los 7 que más le beneficiaban para dar validez a su teoría.



Este estudio resultó ser un fraude, ya que numerosos países que tenían un alto consumo de grasas también tenían índices muy bajos de ataques cardíacos. Lo que demuestra que las grasas no eran las responsables. Pero la teoría tenía sentido y su campaña contra las grasas dio resultado.

Otros científicos defendieron que había países que a pesar de consumir la misma cantidad de grasas tenían índices de enfermedades cardíacas mucho más bajos. Fue Jhon Yudkin, médico inglés, quién hizo un más exhaustivo análisis de todas las pruebas, ya que tuvo en cuenta otros factores como los diferentes tipos de grasas, proteínas y carbohidratos y llegó a la conclusión que el azúcar era el factor dietético desencadenante de las enfermedades cardíacas.

A pesar del claro fraude años más tarde la comisión McGovern utilizaría estas recomendaciones para cambiar la política nutricional de los EE.UU., respaldados por la USDA. Estos acallaron las voces discrepantes filtrando unos informes a la prensa diciendo que el presidente de la Academia Nacional de Nutrición y Ciencias de la Alimentación, Philip Handler que era una poderosa influencia en contra, tenía intereses económicos con la industria alimentaria.

Poco después de que apareciera esta obsesión por las grasas y el colesterol, comenzó una escalada alarmante, hasta hoy día y va en aumento, de problemas de diabetes y de obesidad las cuales se han convertido en pandemias a nivel mundial. Las empresas alimentarias se apresuraron a fabricar productos bajos en grasas y cambiaron estas por carbohidratos procesados, aceites vegetales y grasas trans, que son mucho más perjudiciales para el corazón.

El estudio de Framinghan y otros datos

Los defensores de la teoría del colesterol nombran este estudio con frecuencia. Este se realizó en 1.948 y estuvo siguiendo las enfermedades cardíacas de más de 5.000 residentes de Framingham, Masachussetts. Fue un estudio de larga duración y después de 16 años los investigadores afirmaron haber encontrado una relación directa entre el colesterol y las enfermedades cardíacas.

Pero había un detalle importante y es que tanto los que habían desarrollado enfermedades cardíacas como los que no, tenían los mismos niveles de colesterol. De hecho, según el estudio, incluso varones con niveles bajos de colesterol (150mg/dl) sufrían enfermedades cardiovasculares. 30 años después de iniciado el proyecto la conclusión fue que los varones de 48 años, con niveles de colesterol altos, vivían lo mismo e incluso más que los que los tenían bajos y que los niveles de colesterol solo habían sido relevantes en los pacientes que ya habían sufrido ataques cardíacos.

El estudio de Lyon sobre dieta y corazón reveló que cambios dietéticos y de estilo de vida lograban reducir las muertes por enfermedad cardiovascular hasta en un 76%, sin importar los niveles de colesterol. Este estudio de realizó teniendo en cuenta las grasas omega 6 y omega 3, poniendo de manifiesto que disminuyendo las primeras los resultados, como ya hemos mencionado, eran sobresalientes.

Otro estudio llamado el estudio de la salud de las enfermeras reveló que el 82% de enfermedades coronarias se debían a cinco factores y ninguno de ellos tenía que ver con los niveles de colesterol.

En 1.992 se realizó un estudio analizando la sangre de sujetos centenarios, para intentar descubrir cual era el secreto, si lo había, para su longevidad. Descubrieron 3 puntos en común: niveles bajos de trigliceridos, niveles altos de HDL y niveles bajos de insulina en ayunas. Los triglicéridos y la insulina en ayunas caen al reducir o eliminar azucares y carbohidratos de la dieta. Tener los triglicéridos elevados es un síntoma más preocupante que tener altos niveles de colesterol, ya que es un factor a tener en cuenta para pensar que se tiene un patrón LDL del tipo b (LDL-b).

Los verdaderos culpables de que los niveles altos de colesterol causen enfermedades cardíacas son la oxidación, la inflamación, el azúcar y el estress, las dos primeras grandes culpables del daño arterial.